Nuestro viaje semanal lo realizamos en esta ocasión al municipio de El Atazar, perteneciente a la Comarca del Valle Bajo del Lozoya de la Sierra Norte de Madrid. Situado al lado del embalse homónimo, se ubica en un territorio escarpado: en el norte se superan los 1.400 metros en los Montes de Pinilla y la Sierra de Somosierra, mientras que en el sur la altitud es inferior a los 700 metros.
Calle de El Atazar
Todo parece apuntar a que fueron unos pastores quienes fundaron la villa allá por el siglo XII, mediante la repoblación de un puesto de vigilancia árabe. En 1.368 el municipio se anexionó al señorío de Buitrago, y en 1.490 el Marqués de Santillana, Don Íñigo López de Mendoza, otorgó a El Atazar la categoría de villa, lo que conllevaba un cierto nivel de libertad y autonomía. No sería hasta 1.833, año en que se llevó a cabo la división territorial moderna, cuando el municipio se anexionó definitivamente a la Comunidad de Madrid. En la actualidad alberga en torno a un centenar de vecinos.
Tal vez el recurso que más turismo atrae en esta zona de la Sierra Norte sea el Embalse del Atazar. Construido en 1.972 hacia el final de la dictadura franquista, es el más grande de toda la Comunidad (con unas 1000 ha de superficie), y abastece al 45% de la misma. Su extensión linda con los términos municipales de El Atazar, Patones, Cervera de Buitrago, El Berrueco, Puentes Viejas y Robledillo de la Jara. En efecto, a finales de los años 50 del siglo pasado se produjo un gran período de sequía, con lo que se inició la construcción del Embalse para evitar el agotamiento de las reservas hídricas de Madrid. Aunque el presupuesto de la obra se quintuplicó debido a problemas geotécnicos, la presa supuso en la época una verdadera proeza técnica, puesto que fue una de las primeras construidas en España con una bóveda de doble curvatura, con una longitud de 484 metros en su coronación. La gestión del Embalse pertenece a la red del Canal de Isabel II. A sus pies se halla la localidad, sobre un nivel máximo de unos 134 metros. El río Lozoya, embalsado por la presa, es una frontera natural con los municipios de Patones, y en él desembocan los arroyos de la Pasada, del Renegal y el río Riato.
Piragua Lozoya
Aparte de sus funciones de abastecimiento de agua, el Embalse es célebre por la cantidad de deportes náuticos que en él se practican, ya que permite la navegación sin motor. Ya sea a tu aire o con el acompañamiento y material de las empresas que ofrecen servicios de turismo activo en el entorno, estás en uno de los mejores entornos acuáticos de la Comunidad de Madrid.