La Sierra Norte de Madrid, es una Sierra muy presumida, y para llamar nuestra atención, de vez en cuando, cambia sus vestidos y se engalana. Puede que el otoño sea una de esas ocasiones especiales en las que la Sierra se pone sus vestidos más vistosos y coloridos. Después de una primavera y un verano, donde el verde ha sido la tendencia, la Sierra se inclina ahora hacia tonos más cálidos y cambia ese verde por amarillos, ocres y rojos, intentando caldear un ambiente que pronto se tornará frio.
Para disfrutar de este intenso colorido nada mejor que hacerlo andando o en bicicleta, ya que no solo son los colores de sus vestidos lo que nos va a encandilar, sino también los aromas que en esta época perfuman la Sierra o el sonido hipnótico del rumor del bosque. Os invitamos a un recorrido sensorial para una estación muy especial, a través de estas sugerentes rutas de otoño:
Un precioso recorrido otoñal, que podemos comenzar en el puerto del Cardoso o en La Hiruela, acompañando a un jovencísimo rio Jarama jalonado de un rico bosque de galería de árboles de hoja caduca. Alisos, fresnos, sauces, cerezos, abedules, chopos…, visten las orillas de un rico y variado colorido en otoño. Una de las rutas más bonitas que podemos hacer en esta época del año.
Rutas que empiezan a ser clásicas del otoño. Los abedulares en la Sierra Norte son bosques-islas más propios de otras latitudes y que han permanecido en la Sierra Norte al abrigo de laderas y condiciones idóneas de humedad o temperatura. Cualquiera de las dos rutas nos causará gran impresión debido a las diferentes tonalidades que van adquiriendo sus hojas, pasando del verde, a un amarillo muy característico y de ahí al marrón oscuro, por lo que a veces si estamos en época intermedia podemos ver en un mismo ejemplar las tonalidades verdes y amarillas. Estos bosques se acompañan de otras especies de hoja caduca, como los cerezos que adquieren un rojo muy intenso o robles y de otras de hoja perenne como los acebos que lucen un verde brillante ofreciendo un fuerte contraste con los tonos otoñales.
La cañada de la Merinas de Prádena tiene una variante que cruza uno de los bosquetes más originales de toda la Sierra Norte, un bosque de Arces de Montpellier. Estos árboles, aunque son bastante comunes formando sotobosque de otras especies, no suelen formar masas donde sean ellos los que predominen. Al llegar el otoño, las peculiares hojas de los arces adoptan tonalidades que van del amarillo al rojo, ofreciendo todo un espectáculo cromático.
Estas dos rutas discurren por dehesas boyales de roble rebollo. Las dehesas conforman uno de los espacios naturales más característicos de la Sierra Norte, ya que en la mayoría de los pueblos siempre encontramos la existencia de dehesas comunales. Los robles son los árboles más tardíos en cambiar la tonalidad de sus hojas, y además nos permite disfrutar durante bastante tiempo de las hojas en las copas de los robles, debido a un fenómeno llamado marcescencia, por el cual algunas de las hojas de los robles permanecen durante todo el invierno unidas a las ramas.
Las talas selectivas y la plantación de fresnos a lo largo de los años han dado lugar a una fresneda adehesada con robles melojos y enebros, acotada en todo su perímetro por un muro de piedra. Los fresnos cambian su coloración a principios del otoño, siendo de las primeras especies que anuncian el cambio de estación.
Esta preciosa ruta recorre el camino de las Pinillas que se interna en el valle de las Cabrillas de Horcajuelo hasta el collado del Mosquito, por donde se accede a la cabecera del valle del Jarama. Un valle virgen y solitario que nos deja unas impresionantes vistas panorámicas de masas de árboles de hoja caduca, además de pasar por la parte alta del hayedo de Montejo. Robles, cerezos, abedules, mostajos…e incluso hayas se mezcla en este impresionante recorrido.
Esta ruta que entremezcla el camino natural del valle con otros recorridos del valle alto del Lozoya, nos adentra entre fresnos, rebollos y pinares en valles de profunda vegetación. Además, pasa por las inmediaciones del abedular de Canencia, por lo que podemos aparcar la bici y dar un paseo para disfrutar de los abedules a mitad de recorrido.
El camino natural del valle, que discurre paralelo al curso del rio Lozoya, esta jalonado de un bonito bosque de ribera, donde los fresnos son adoptan cierto protagonismo. La vuelta a partir de Buitrago, nos interna por praderas pobladas de encinas, robles y fresnos que nos brindan bonitos contrastes cromáticos además de poder disfrutar del interesante robledal de Navarredonda.
La Sierra Norte de Madrid es El Otro Madrid. Ven a conocer este maravilloso entorno natural e infórmate de dónde comer y dónde dormir.
Disfruta tus rutas de otoño y recuerda que la Sierra Norte de Madrid acoge turistas responsables.
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