Rutas en familia
Rutas en familia en la Sierra Norte de Madrid
La Sierra Norte de Madrid es el destino perfecto para disfrutar de la naturaleza en familia, ofreciendo rutas pensadas para todas las edades. Desde paseos sencillos por senderos hasta aventuras en la nieve, cada ruta permite que grandes y pequeños descubran juntos la belleza de la región. En la Sierra Norte, cada recorrido crea recuerdos únicos y momentos inolvidables para toda la familia.
Senderos Sencillos para Todas las Edades
Disfruta de rutas familiares de baja dificultad ideales para explorar la naturaleza sin prisas. Estos senderos permiten a las familias disfrutar del paisaje mientras los niños aprenden sobre el entorno natural de una manera divertida y segura.
Rutas de Aventura en la Nieve
En invierno, la Sierra Norte se convierte en un paraíso de nieve perfecto para rutas de aventura en familia. Las rutas en la nieve ofrecen la oportunidad de disfrutar de un paisaje único, permitiendo a todos experimentar la magia de la nieve y la naturaleza en su estado puro.
Caminos Educativos de Flora y Fauna
Para las familias interesadas en aprender sobre el ecosistema local, la Sierra Norte ofrece rutas educativas que destacan la flora y fauna de la región. Estos caminos son perfectos para enseñar a los niños sobre el medio ambiente y fomentar el respeto por la naturaleza.
Paseos Escénicos por Miradores y Valles
Disfruta de paseos panorámicos que llevan a miradores y valles, donde podrás apreciar vistas espectaculares de la Sierra Norte. Estas rutas ofrecen momentos de paz y belleza natural que todos los miembros de la familia pueden disfrutar.
Nuestras Rutas en Familia
Ruta de El Picazuelo
La ruta comienza en la iglesia de Santa Ana en Cinco Villas y sigue por la calle Mayor en dirección a la pista polideportiva, que deja a la izquierda. Continúa por un camino de tierra, que forma parte de la vía pecuaria Colada del Cerro de Cinco Villas, hasta llegar a una bifurcación, punto en el cual la senda toma el camino de la derecha internándose en un pinar. Ya dentro de la masa boscosa, la ruta inicia la subida al Picazuelo por una pista bien definida. El camino vuelve a dividirse y la senda continúa por la derecha mientras que en la siguiente bifurcación continúa por la izquierda. Termina en la zona más elevada donde se encuentra una antena con varias estaciones de telefonía móvil y repetidores de telecomunicaciones. El regreso se hace por el mismo camino.
El primer tramo del recorrido discurre por una zona de pastizales y plantas aromáticas como tomillo, mejorana y cantueso que mantiene un aprovechamiento ganadero. Abundan las especies herbáceas anuales que pasan el verano bajo la forma de semillas para evitar el calor y la falta de agua. Durante el otoño la lluvia hace crecer de nuevo los pastos.
El segundo tramo entra en el Monte de Utilidad Pública Cerro de Cinco Villas, repoblado de pino resinero. En la cima destacan las amplias panorámicas de la Sierra de Guadarrama, la Sierra del Rincón y el valle del río Lozoya con tres de sus embalses: Riosequillo, Puentes Viejas y El Atazar.
Callejas de Vallehermoso
La ruta comienza junto al helipuerto y la casa de los retenes forestales.
Antes de iniciarla merece la pena acercarse al Puente de la Mina, representativa construcción de la obra civil de principios del siglo XIX que cruza el Arroyo del Valle. Está a unos escasos 300 metros de nuestro punto de partida. El resto de la ruta discurre por el Valle Hermoso en un sentido circular a ambos lados de la M-610.
Durante la bajada podremos disfrutar de unas magníficas vistas del valle con los paredones rocosos de la Cabeza de la Braña. No es extraño avistar aves rapaces en esta zona. El camino tiene abundantes zonas de sombra hasta llegar al cruce de la M-610. A partir de este punto comenzamos el camino de regreso casi por el fondo del valle con la jara como principal compañía. Hay que tener un poco de cuidado por la cantidad de caminos y pistas en la zona, pero las balizas y la vista de la casa de los retenes forestales guiarán nuestro camino de vuelta.
Senda Pisachon
La ruta parte de las antiguas eras del pueblo de El Atazar, hoy convertidas en un museo al aire libre, y continúa por la calle Las Eras hasta llegar al camino Riato. En este punto gira a la derecha y toma la pista que se dirige a Robledillo de la Jara durante 900 m. A la izquierda del camino, desviándose unos 150 m ladera abajo, en la curva que hace la carretera M-133, se puede ver una fuente del siglo XVI que parece tener un origen árabe. Retomando la pista se cruza el Vallejo de la Lanzada y se inicia una ligera subida. Una vez arriba, la ruta se desvía a la izquierda, hacia el paraje de La Matosa, por un camino ancho entre jaras. Este camino, tras 800 m de recorrido, llega a la carretera M-133. En este punto la ruta continúa por el acceso asfaltado hacia la antigua zona recreativa de Juan Gil. Poco antes de llegar a este lugar, hoy abandonado, la ruta se desvía por un camino de tierra que sale a la izquierda. Se llega a una bifurcación y la ruta continúa por el camino de la izquierda hasta llegar a los tinados de ganado que se asoman al embalse de El Atazar. La vuelta se realiza por el mismo camino.
La senda discurre en su totalidad por la Zona Especial de Conservación (ZEC) “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte”. La formación vegetal predominante es un jaral con romero, que ha cubierto los antiguos campos de cultivo, aunque también se pueden ver algunos pies aislados de encina de gran porte. A lo largo del recorrido destacan las panorámicas sobre el embalse de El Atazar y, en el final del recorrido, las vistas del muro de la presa.
Los tinados del Pisanchón son unas edificaciones tradicionales utilizadas para guardar el ganado. Se construyeron utilizando las rocas de pizarra de la zona y se techaron con teja árabe, paja y jara sobre vigas de madera sin desbastar. Actualmente están en desuso.
La Fuente Vieja o Fuente Árabe se construyó en el año 1585 y se asocia con el posible origen árabe de El Atazar. Los vecinos utilizaron esta fuente para sus necesidades diarias hasta mediados del siglo XX, momento en el cual se construyó una pila de piedra en el pueblo que se abastecía de un manantial cercano.
Senda del Puerto Linera
Desde el Puerto Linera, a 1834m de altitud, se divisa parte del Valle del Lozoya, la sierra de la Cabrera, destacando el Pico de la Miel, el embalse de Riosequillo, Buitrado y Villavieja. A nuestra espalda está la provincia de Segovia, pudiendo ver entre otros, el pueblo de Matabuena. El nombre «linera» se debe quizá a la gran cantidad de lino que se comercializaba desde la comarca de Buitrago hasta los pueblos de Pedraza y alrededores. Ya se cita en un documento del año 1134, privilegio de repoblación de Alfonso VII como topónimo de demarcación del territorio; e igualmente se cita en el libro de montaría de Alfonso XI que recorrió esta sierra en numerosas cacerías de osos y jabalíes que daban vocerías (ojeos) desde el puerto linera hasta los toconososos.
En la respuesta que Lorenzana hizo en 1785 sobre Villavieja decía que «solo se puede pasar a finales de la primavera y el estío a causa de la mucha nieve que tiene».
El puerto tiene un mojón de piedras mucho mayor que los que delimitan los términos, ya que, según la tradición, era costumbre echar una piedra cada vez que se pasaba de un lado a otro para así hacerlo más visible cuando había nieve, ventiscas o niebla, y evitar que los transeúntes se perdieran.
Igualmente, en la zona conocida como el «moto» o cruce de caminos, se emplean hitos o «motos» que salpican todo el pinar para delimitar las expropiaciones. Desde aquí salen varias pistas como la de los toconosos y el cordel de los gallegos, este último prácticamente invadido por la vegetación de majuelos, acebos, enebros y piornos. También se puede tomar la variante de la pista del puerto, donde se halla el «cancho linero», por donde pasa el arroyo del collado espino. Existen varios afloramientos rocosos como: cancho águila, cancho el gato, peña muña, la peñota, o borrocazo.
Camino del Molino
La ruta parte de la calle Iglesia, esquina calle Pozas en Cervera de Buitrago, y atraviesa el pueblo hasta la zona del puerto y el Área Náutica de Cervera de Buitrago. Unos metros más adelante se desvía a la izquierda por una pista de tierra que continúa hasta el final del recorrido. La senda coincide en su trazado con el camino tradicional que llegaba hasta el antiguo molino harinero en el río Lozoya. En la actualidad, la ruta termina en la orilla del embalse de El Atazar y no se conserva ningún resto del molino. El regreso se hace por el mismo camino.
El recorrido permite disfrutar de unas bonitas vistas del embalse y del puerto deportivo. El embalse fue construido en 1972 y representa casi el 50 % del volumen de agua embalsada de la región. Por otro lado, el puerto permite el desarrollo de actividades náutico- deportivas sin motor.
La ruta atraviesa un paisaje abierto, salpicado de rocas graníticas con formas más o menos redondeadas. Predominan los pastos con encinas, enebros y jaras, acompañadas de especies aromáticas como cantueso, tomillo y romero. Son el resultado de la actividad ganadera tradicional, basada fundamentalmente en la explotación de cabras y ovejas. Actualmente, un único rebaño de ovejas se alimenta en estos pastos.
Ruta embalse de El Villar
La ruta comienza en la Plaza de la Constitución de Mangirón, se dirige a la calle del Norte, gira a la derecha y pasa al lado de la Fuente Vieja, pozo que utilizaron los vecinos para el suministro de agua hasta que en el año 1932 se construyó la fuente de la plaza. La ruta cruza el arroyo Mangirón por un puente y continúa por un camino de tierra señalizado como vía pecuaria. A la derecha queda una formación rocosa de granito denominada Peña el Tormo muy popular entre la gente del pueblo. A lo largo de los siguientes kilómetros se presentan varios cruces y bifurcaciones. En los cuatro primeros, la senda continúa por el camino de la derecha; en las siguientes dos bifurcaciones, sigue por la izquierda y el siguiente por la derecha. La ruta baja hasta la orilla del embalse y se inicia el regreso subiendo por una empinada ladera. Una vez arriba, en el primer cruce, la ruta sigue por la derecha y en el siguiente por la izquierda. La senda continúa hacia el arroyo de Mangirón y la depuradora y entra en el núcleo urbano donde termina su recorrido.
La ruta discurre entre encinares, algunos catalogados como Montes Preservados, donde la encina es la especie arbórea predominante acompañada en algunas zonas de roble melojo y fresno. El sotobosque está formado por jaras, retamas, enebros y plantas aromáticas. Característica de esta zona es la denominada piedra de Mangirón utilizada tradicionalmente en todo tipo de construcciones. Se trata de un tipo de roca metamórfica denominado gneis que se formó hace 500 millones de años.
A lo largo del recorrido, la senda coincide en varios tramos con dos vías pecuarias: Colada de Peñas Varaeras o Tormo, aproximadamente durante medio kilómetro nada más salir del pueblo, y Cañada Real del Vado de Paredes durante otros 900 m.
La ruta permite asomarse al embalse de El Villar, construido en el siglo XIX en el río Lozoya, y que a día de hoy sigue abasteciendo a Madrid. Destacan las bonitas vistas de la lámina de agua, rodeada por la vegetación arbórea que cubre las laderas.
Frente de Somosierra
Iniciamos nuestra senda junto a la iglesia y caminamos por el pueblo en dirección al cementerio. Este es el punto de inicio y llegada de la senda.
El primer tramo de descenso hacia Gandullas está relacionado con la temática de la Guerra Civil. En el mapa podemos observar las localizaciones de sus huellas, algunas de las cuales quedan a escasos metros de la senda y otras algo más lejos, por lo que para visitarlos hay que abandonar la pista principal.
Desde el cementerio dirigimos nuestros pasos por el camino que queda junto a la tapia hacia Cabeza Piñuecar. Al inicio de la primavera los cantuesos y tomillos que tapizan sus laderas lo cubren de tonos morados creando un espectáculo precioso como pocos hay en la Sierra de Madrid. El camino va atravesando prados de pasto para el ganado con alguna encina dispersa y rodales de coscoja. Las zarzas, el tomillo y la lavanda van a ser nuestra compañía todo el camino.
A nuestra derecha vamos sobrepasando los restos de posiciones defensivas de La Guerra Civil: búnkers de la Peña Retamosa, el Tomillar y Cabeza Velayos. A la altura de esta última giramos a la izquierda en dirección Gandullas y atravesamos un bosque abierto de encinas que proporciona algo de sombra para el caminante. Si vamos atentos veremos, a nuestra izquierda, el búnker de la Peña Zorreras justo antes de llegar al área de descanso. Esta zona es un magnífico mirador desde donde contemplar Gandullas, la antigua estación de antenas de telecomunicaciones y todo el sur de la Sierra Norte de Madrid.
Descendemos hacia Gandullas, donde poder tomar un refrigerio, contemplar su iglesia y la «piedra del las veces» que marcaba los turnos de riego a modo de reloj de sol.
Detrás de la iglesia sale el camino que nos llevará de vuelta al cementerio. El paisaje cambia por completo. Prados de pasto verde y muros de piedra bordeando las fincas nos llevan hasta un chopo desmochado con un nido de cigüeña en la copa. Giramos a la derecha para coger la «Colada de la Zarcilla» y tomamos el primer desvío a la izquierda que nos llevará en permanente ascenso hasta el cementerio.
Senda de la dehesa
La ruta parte de las antiguas eras del pueblo de El Atazar, hoy convertidas en un museo al aire libre, baja en dirección a las huertas y se solapa, girando a la derecha, con la senda de Gran Recorrido GR-88, que está señalizada con rayas blancas y rojas. La senda recorre el arroyo de la Pasada o Pasá a media ladera, manteniendo la cota, lo que hace muy cómodo el paseo. Tras cruzar un zarzo, la ruta entra en la Dehesa Boyal de El Atazar. Se vadea un arroyo y la senda sube durante unos 200 m dejando un pequeño chozo de piedra a la derecha. Tras desembocar en un camino más ancho el recorrido llega hasta una pista forestal. En este punto, la ruta gira a la derecha, separándose de la GR-88 y, tras cruzar una barrera, baja por el arroyo de la Pasá de vuelta a El Atazar.
La senda discurre en su totalidad por la Zona Especial de Conservación (ZEC) “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte” que forma parte de la Red Natura 2000. Se recorre parte de la Dehesa Boyal de El Atazar, catalogada como Monte de Utilidad Pública, y en la que se pueden observar quejigos, robles melojos, arces de Montpellier y fresnos, y un estrato arbustivo con especies como el majuelo, cornicabra y rosal silvestre, entre otras, que contrastan fuertemente con las laderas de jara y romero del entorno.
La actividad económica tradicional de El Atazar era agrícola; centeno, huertos y algún viñedo; y ganadera, caprino y ovino. Todavía se conservan algunos chozos de pastores a lo largo del recorrido. La dehesa boyal es un terreno comunal que era utilizado para alimentar al ganado de labor. En la actualidad ha perdido su función tradicional y tiene, fundamentalmente, un aprovechamiento cinegético ya que forma parte de la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz.
Las lagunillas y el Nevero
Preciosa ruta, imprescindible para los amantes del Guadarrama y aficionados a la geología de montaña, ya uqe la ruta nos permite visitar una de las más importantes hoyas glaciares de los Montes carpetanos, la hoya de Pinilla.
Partimos del área recreativa de las lagunillas, en el km 11 de la carretera M-637 que une Lozoya con el Puerto de Navafría a unos 500m antes de alcanzar el puerto. Tomamos el camino que sale al fondo del parquin y nos internamos en el pinar, por poco tiempo, ya que estamos casi en su limite altitudinal por lo que pronto se alterna con el piornal y un poco más arriba, el piorno se hace protagonista del paisaje. El sendero va ganando altura y nos conduce hasta Peña Cuervo, donde se ubica un bonito mirador, donde podemos deleitarnos con la vistas sobre el valle del Lozoya. De regreso a la senda y tras cruzar la tapia de piedra que separa los términos de Lozoya y Pinilla del Valle, el sendero deriva ladera arriba, hacia la derecha y en apenas 10 minutos concluye en el borde de lo que fue una morrena glaciar. Estamos en la Hoya de Pinilla, un pequeño circo glaciar que no carece de nada: lanchas pulidas por el milenario trabajo del rozamiento glaciar, morenas rocosas y una zona aplanada donde se acomodan tres lagunillas temporales.
Retomamos el camino y acometemos la ascensión a la cumbre por una senda fácil que rodea el extremo occidental del circo, para terminar coronando el Pico del Nevero por su ladera SO. Decimos fácil, ya que desde las lagunillas existen varios canales por los que equipados con crampones se puede ascender al nevero y que conllevan cierta dificultad.
Una vez en la cumbre, las vistas son impresionantes, el cordal de los Montes Carpetanos hacia el Suroeste, rematado por el macizo de Peñalara y la Cuerda Larga. Mas abajo el Valle del Lozoya surcado por el rio Lozoya y el embalse de Pinilla, hacia el oeste la llanura castellana…
Iniciamos la vuelta dirigiéndonos hacia el Noreste, continuando por este amplio cordal de mas de 50km que forman los Montes carpetanos, el descenso es suave hasta llegar al Alto del Puerto, desde donde podemos observar como la linea de suaves cumbres continua hacia el Noreste. A partir de aquí el descenso es más pronunciado, poco después nos internamos en el pinar, y poco antes de llegar al puerto tomamos un camino a nuestra derecha que nos lleva del vuelta al área recreativa.
El Canal de Cabarrús Accesible
Nuestra ruta discurre enteramente por las estepas cerealísticas de la Vega del Jarama, en una zona suavemente ondulada y donde tenemos la sensación de caminar entre un mar de cultivos de cereales. Las distintas infraestructuras pertenecientes al antiguo Canal de Cabarrús se dispersan por todo el recorrido, ya que este canal llego a tener casi 13 kilómetros y discurría, desde el Pontón de la Oliva hasta Torrelaguna. Contaba a lo largo del recorrido con 6 puentes, 3 acueductos, 8 casas de guardia, acequias y dependencias auxiliares como la casa de Oficios.
Comenzamos en Torremocha del Jarama, junto a la Parroquia de San Pedro Apóstol. Este Iglesia, de origen altomedieval, esta asociada a una torre vigía del río Jarama, transformada en la actual Torre Campanario. El camino tras salir del pueblo se interna en los campos de cereales y tras desembocar en la carretera M-102, continuamos poer ella hasta llegar a Torrelaguna, cuyo casco histórico esta declarado Monumento Histórico-Artístico, por lo que es obligado un paseo por sus calles.
Salimos de Torrelaguna por el camino de las Lomillas Bajas que nos conducirá hasta casi la orilla del río Jarama. Por el camino Atravesamos el Canal de la Parra hasta llegar a las ruinas de la ermita de Santa María de la Cabeza.
A partir de la Ermita, giramos a la izquierda, por un ancho camino de tierra que nos conducirá hasta Torremocha, dejando a nuestra derecha el curso del río Jarama. Por todo este trayecto, podremos observar en el lado izquierdo las ruinas de distintas Casas de Guardas que vigilaban el Canal de Cabarrús. Más adelante, podremos ver una casona grande a la derecha del camino, la Casa de los Oficios, residencia del Conde en el s. XVIII.
Una vez en Torremocha, podemos visitar el museo de la Agricultura o adquirir algunos productos de manufactura local que se elaboran en el polígono artesano de este municipio.
Consulta la ficha completa de especificaciones de accesibilidad AQUÍ
(Informe realizado por la entidad INFINIA, noviembre 2021)
Ruta Cerro Larda. Puebla de la Sierra.
Esta ruta recorre el camino viejo de Robledillo, hasta llegar al Cerro Larda, transcurriendo por el valle de Puebla, el cual ofrece unas bonitas vistas en cualquier época del año. Podemos comenzar esta ruta en el municipio de “Puebla de la Sierra” desde el murete informativo, o bien, en el área recreativa junto al río, situado en la salida del pueblo junto con una zona de aparcamiento señalizada.
Durante el inicio del recorrido, pasaremos por la Ermita de la Soledad y por la Fuente Vieja, por una senda que nos conducirá a las huertas y nos bajará hasta el río, donde merece la pena pararse y pasear por su ribera.
Una vez cruzado el río por un puente, se continuará la ruta por un camino hasta llegar a un cruce, en el cual, se cogerá el camino de la izquierda. Continuando por la ladera, veremos unos tinados (construcciones de la zona en piedra y pizarra) que se utilizan para el ganado. A continuación, llegaremos al Arroyo de los Hermosillos, desde donde aún se pueden ver, por encima el sendero las pozas para cocer el lino que se producía en el pueblo.
Más adelante, nos encontraremos un cruce en el que, cogiendo el camino derecho, llegaremos al Collado Larda. Una vez allí, subiremos por el monte y se podrá contemplar el Barrio de la Ciquiruela, formado por un conjunto de tinados que se utilizaban en la trashumancia de ganado dentro del municipio.
Pasaremos por la “Pradera de la Longañuela”, y tras ella, se verá la Peña Atalaya, a la que hay que subir por sus rocas.
Al final de la ruta, continuaremos por una senda que nos conducirá hasta el río de La Puebla.
Finalmente, recorreremos unos tinados, los mismos que pudimos ver desde el Collado Larda, utilizados para guardar ovejas. Tras los cuales continuaremos por una carretera en dirección al pueblo, dando por terminada esta aventura.
Viña la Loma
La ruta Viña la Loma comienza en la Plaza Constitución en Serrada de la Fuente, continúa por la calle Real y gira a la derecha hacia el frontón y después a la izquierda por la calle Era Empedrada. Baja por el camino de la depuradora entre encinas, con el arroyo del Pozo de la Pila a la izquierda. A unos 800 m se llega a un cruce donde se debe ignorar el camino de la izquierda y seguir de frente. A escasos metros se encuentra un zarzo con barrera, que se cruza por un paso de peatones lateral, internándose en el pinar de Casasola por una pista forestal que discurre entre pinos resineros y jaras. A un kilómetro se encuentra el siguiente cruce, donde se gira a la izquierda. El camino de la derecha asciende al paraje denominado Viña la Loma, pero la senda continúa bajando unos 300 metros hasta el punto de menor cota del recorrido, donde se encuentra otra confluencia que se debe coger a la derecha. Desde aquí comienza el ascenso de regreso a Serrada, con el arroyo de Prado Linarejo a la izquierda y bonitas vistas del embalse de El Villar. Unos 500 m después de pasar otro zarzo por el paso peatonal se encuentra un depósito de agua para bomberos forestales junto a un abrevadero para el ganado y poco después un cruce de caminos donde se debe girar a la derecha. Hasta la siguiente bifurcación a 500 m, el camino se va despejando de vegetación y se puede disfrutar de las vistas panorámicas del casco tradicional de Serrada de la Fuente y de su entorno así como de la Sierra, con Peñaparda en primer plano. En el cruce se gira a la derecha y tras cruzar un paso canadiense por la puerta peatonal, el camino llega recto a la Plaza de la Constitución.
La ruta recorre zonas de pastos, antaño dedicadas al cultivo de cereales, y en las que paulatinamente está regenerándose el encinar. En zonas con mayor humedad, como las riberas de los arroyos del Pozo de la Pila y de Prado Linarejo, también crecen fresnos, sauces y alisos. La senda se interna en el Monte de Utilidad Pública Perímetro de Casasola, repoblado de pino resinero. El tipo de roca predominante son los esquistos que son rocas metamórficas que se fragmentan en láminas finas. Desde los puntos más elevados del recorrido es posible contemplar buenas panorámicas del pueblo y de su entorno así como de la Sierra y del embalse.
Entre pozas y huertos
Entre Pozas y Huertos es un camino circular que nos trasladará a los orígenes agrícolas de nuestro municipio.
Su paisaje está íntimamente ligado al uso y aprovechamiento de los manantiales que descienden desde la cuerda que culmina en el Mondalindo, en el norte del municipio.
Nuestro camino pasa por diferentes pozas “Grande, Chica y del Prado Mayor”. Estos sistemas también se conocen como “pago” y riegan, mediante un sistema de turnos que cada año prepara el Alcalde de Aguas las fincas del lugar. Las caceras son los canales que, a modo de arterias, distribuyen el agua desde las pozas a las fincas.
El ecosistema predominante es el de soto o bosquete de ribera con: robles, endrinos, ciruelos, sauces y zarzales. Pájaros de bosque, pequeños mamíferos y, sobre todo, diferentes especies de anfibios habitan estos lugares y nos regalan sus cantos especialmente durante la primavera y el estío.
Senda por los robles centenarios
Un inmenso nogal -catalogado como árbol singular- marca el callejón desde donde se inicia esta senda. Entre huertos de cerezos, ciruelos y manzanos, se puede observar la vegetación de ribera de temblones (Populus tremula) y sauces (Salix atrocinerea) del arroyo de la Cuesta junto al que se pasea. Si se quiere ver el manantial natural hay que separarse de la ruta.
En la zona llamada «Tras la Peña» se pueden observar unos afloramientos rocosos de cuarcita, donde se localizan los enormes robles antaño utilizados para la producción de carbón.
A mitad del camino se alcanza el estanque del Cerradillo, que acumula el agua en invierno para poder regar los prados, huertos y linares en la época estival. A partir de este punto se camina junto a la reguera entre robles (Quercus pyrenaica), jara pringosa (Cistus ladanifer) y brezo (Erica australis), dejando a un lado los antiguos linares donde se cultivaba el lino, primera fibra vegetal que tuvo aceptación en la industria textil. Esta planta del género Linum es originaria de los valles del Nilo, Tigris y Éufrates.
Termina la senda disfrutando de una magnífica panorámica de los picos que rodean a Puebla de la Sierra, desde «Peña La Cabra» hasta «El Porrejón», antes de llegar al lavadero del pueblo.
Ermita Ntra. Sra. de los Prados
De molino a molino. La Hiruela
Esta senda discurre por el camino tradicional que conectaba La Hiruela con El Cardoso de la Sierra, camino poblado de enormes robles, nogales comunes y cerezos silvestres, hasta llegar al puente de madera sobre el río Jarama. Si cruzamos el río, el camino tradicional nos conduciría a El Cardoso, pero nuestra ruta gira a la derecha antes del puente, para seguir el curso del Jarama entre vegetación de ribera para llegar a un amplio prado donde se encuentran las ruinas del Molino de Juan Bravo, donde podemos ver la gran piedra de moler incrustada en la hierba. Junto a la orilla del río habitan álamos blancos, sauces, abedules, chopos o alisos. Más adelante volvemos a ver otra infraestructura asociada a los molinos de agua, el caz o canal que lleva el agua al molino, y siguiendo este llegamos al molino harinero de La Hiruela y su área recreativa.
Frente al molino, cruzando una puerta de madera nos incorporamos a un camino que sube hacia el pueblo, poco después de comenzar la subida, existe una variante que nos lleva a un colmenar tradicional, realizados en troncos huecos y con lajas de esquisto o barro como tapa. El camino sigue ascendiendo bajo la sombra de grandes árboles, que nos conducen a las huertas familiares pobladas de árboles frutales, antes de llegar de nuevo a La Hiruela.
Subida al Puerto de Peñaquemada
El inicio de la ruta coincide con la Ruta 1 hasta que esta se desvía a la izquierda. Hay que seguir de frente y tomar el camino que pasa junto al molino y cruza el arroyo en una curva para subir por una ladera de monte bajo hasta llegar al pinar donde está la barrera que impide el paso a los vehículos a motor. Aquí giramos la derecha remontando la pista que sube en zigzag hasta el refugio de Santuil.
Nuestro camino sigue de frente, ascendiendo hasta las praderas de la Fuente del Puerto donde nace el arroyo del Cigüeñuela. Seguimos por el collado, en dirección este, que divide las provincias de Madrid y Segovia con la vista del pico de Peña Quemada de frente.
Empezamos el descenso dejando Peña Quemada a nuestra izquierda para llegar al cortafuego que nos llevará hasta los Prados de la Vaqueriza. Cuando termina el cortafuego hay que girar a la izquierda para seguir esa pista forestal hasta llegar a una vereda que sale a nuestra izquierda por la que hay que descender.
Una vez fuera del pinar nos adentramos en un pequeño bosquete en el que están los fresnos de la reguera, reconocidos como árboles monumentales dentro de la Comunidad de Madrid. El camino sigue en una suave pendiente entre prados de pasto hasta llegar a Braojos y al final de nuestra ruta.
Senda del arroyo de Sestil del Maillo y de la Ladera de Mojonavalle
El punto de partida de la senda es el área recreativa del puerto de Canencia, lugar donde se puede aparcar el vehículo y pasar un agradable día tras recorrer la senda.
El primer tramo, hasta alcanzar el antiguo centro de educación ambiental El Hornillo, recorre una pista forestal flanqueada de un denso pinar de pino silvestre. Poco antes de El Hornillo se pueden observar a la derecha unos árboles fuera de lugar. Se trata de una especie introducida, el abeto Douglas. A la altura de El Hornillo, se abandona la pista forestal tomando una trocha a la derecha de la misma.
Más adelante se encuentra el mirador de la Chorrera de Mojonavalle, paraje de singular belleza, dominado por la presencia de un álamo temblón, que invita al descanso y la contemplación. Aquí el camino gira bruscamente a la derecha bajando suavemente por la misma ladera.
Al llegar a la baliza 4, se pueden tomar dos ramales de ida y vuelta. Por el de la izquierda se pasa junto a pinos centenarios. El de la derecha pasa junto a acebos y tejos y al final del mismo se accede al abedular, formación vegetal de sumo interés debido a su escasez en Madrid, por ser propias de zonas más frías y húmedas.
Tras retornar a la baliza 4, los pasos del caminante deben retornar hacia el Mirador del Norte donde se encuentra de nuevo la pista forestal.
La Almenara
La ruta parte de la Plaza de la Picota, en El Berrueco, continúa por la calle Real y la carretera M-131 dirección Torrelaguna hasta tomar un desvío a la izquierda por el camino La Casilla o camino del Canal. En este punto hay un panel informativo de la senda, con unos datos generales y una breve descripción del recorrido. Se deja un lavadero y un abrevadero a la izquierda y la ruta continúa por el camino de tierra. Se llega a una zona más amplia en donde cruzan las sendas de la Atalaya (local) y del Genaro (GR 300). La senda de La Almenara baja hacia el embalse por una pista bien definida, y llega hasta la Almenara de El Berrueco situada en el Canal de El Villar. Un poco más adelante se deja la depuradora del pueblo a la izquierda.
La senda continúa bordeando el embalse durante algo más de un kilómetro hasta un mirador con un cartel informativo, punto en el cual se inicia el regreso hacia El Berrueco, manteniendo a la derecha la urbanización Vallehondo. Desde aquí el recorrido coincide con la senda del Genaro por lo que habrá que seguir las señales de esta senda, entre pastos y fresnedas, hasta llegar a la carretera M-127 que nos llevará hasta el final de la ruta, en la Plaza de la Picota.
La Almenara de El Berrueco es una construcción asociada al Canal de El Villar y se utiliza para gestionar el caudal del agua y permitir labores de mantenimiento mediante un sistema de compuertas. El Canal de El Villar fue construido en 1912 y tiene su origen en el embalse de El Villar. Finaliza su recorrido en el depósito en Torrelaguna donde se une al Canal del Jarama y al Canal de El Atazar.
La ruta bordea la lámina de agua desde una cierta altura, lo que permite disfrutar de unas buenas vistas del embalse y del pueblo de Cervera de Buitrago, en la otra orilla. Si el embalse no está al máximo de su capacidad se puede observar la característica “ceja” que es la parte de la ladera sometida a las variaciones de altura del agua embalsada y en la que es difícil que crezca la vegetación.
La vegetación predominante es un jaral de jara pringosa con enebros, romeros, cantuesos y rosales silvestres. El suelo, muy arenoso, es el resultado de la erosión de las rocas de granito, típicas de la zona, que se descomponen en granos de cuarzo, feldespato y mica.
Mondalindo por la Mina de Plata
Esta es una ruta con cierto nivel de exigencia que implica tener una buena forma física. El camino es mixto de pistas y sendas de montaña con algunas zonas muy quebradas y con piedras sueltas donde hay que tener cuidado. Sin embargo, la ascensión nos permitirá contemplar desde el cordel: el Valle del Lozoya y Valle Hermoso, la Campiña Alcarreña, el macizo de El Pendón, La Cuerda Larga, Las Machotas de Zarzalejo, La Cabrera y la Sierra de Hoyo.
Solo en el primer tramo de ascenso, desde la Fuente de la Gregoria, hasta unos ciento cincuenta metros antes de llegar a la Torre de la Mina hay árboles que nos protegerán del sol. El resto de la ruta no tiene sombra, lo cual no disminuye su belleza.
Si estamos cansados o, simplemente no queremos continuar, podemos dar una vuelta por la zona y ver los restos de la explotación minera ayudados por los paneles explicativos.
Si continuamos y conseguimos hacer cima, en el Mondalindo nos espera un buzón de montaña donde poder escribir nuestra experiencia y leer la de otras personas practicantes del montañismo.
Senda del río Hayedo de Montejo
El Hayedo de Montejo es un Espacio Natural Protegido (declarado Sitio Natural de Interés Nacional, en 1974), constituido por los montes de Utilidad Pública de El Chaparral y La Solana, de 250 hectáreas de extensión. Fue declarado por la UNESCO Patrimonio Natural de la Humanidad en 2019.
Este singular Hayedo es una de las dos zonas núcleo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón junto con la Dehesa Boyal de Puebla de la Sierra. Está dedicado a la conservación e investigación y es un Espacio Natural Protegido muy sensible (Sitio Natural de Interés Nacional),
Contiene el único bosque de hayas que puede encontrarse en la Comunidad de Madrid, y presenta una elevada diversidad biológica.
El hayedo se visita en grupos reducidos y en compañía de un guía, por lo que es conveniente realizar reserva con antelación. Estos pases se solicitan en el Centro de Recursos e Información de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón situado en Montejo de la Sierra, c/Real, 64. El Centro de Información de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, está abierto todos los días en horario de 9.30 a 15.00 horas. En el Centro podrás visitar una exposición de los ecosistemas, flora y fauna más representativos del territorio, informarte de las sendas autoguíadas que recorren la Sierra del Rincón, de donde comer y dormir en la zona y de todos los puntos de interés que merecen una obligada visita.
Consulta la ficha completa de especificaciones de accesibilidad AQUÍ
(Informe realizado por la entidad INFINIA, noviembre 2021)
Senda al embalse de El Villar
La ruta parte de la Cuesta de San Pedro, al lado de la iglesia de Robledillo de la Jara, junto con la senda local a El Santo Roto. Ambas continúan por la calle Posada, en donde coinciden, también, con la senda del Genaro, camino de 70 km de longitud que conecta entre sí todos los pueblos de la Mancomunidad Embalse del Atazar. Las rutas siguen por la calle del Cementerio y, pasado éste, la senda al Santo Roto se separa por la izquierda mientras que la ruta al Villar sigue de frente junto con la senda del Genaro. Continúan ambas por una pista de tierra que, tras cruzar la carretera M-127, llega hasta el final del recorrido en el área recreativa Perímetro de Casasola. Se vuelve por el mismo camino.
Los primeros 500 m del recorrido coinciden con la vía pecuaria Colada del Camino de la Presa del Villar. Se atraviesa una amplia zona de pastos y jaras hasta llegar a un extremo de la denominada Dehesa de Arriba, zona arbolada de quejigos y robles melojos acompañados de arces de Montpellier y majuelos, entre otras especies. El recorrido continúa y las jaras vuelven a hacerse predominantes en un paisaje abierto que permite disfrutar de amplias panorámicas.
Tras un paso canadiense, que impide el paso del ganado, la senda se solapa con la vía pecuaria Cañada Real de las Merinas, de 90 varas castellanas de anchura (75 m), hasta el final del recorrido. La ruta bordea el pinar de Casasola, bosque de repoblación de pinos resineros, catalogado como Monte de Utilidad Pública, y en el que hay un área recreativa con mesas y bancos.
La ruta termina en el embalse de El Villar, construido en el siglo XIX en el río Lozoya, y que todavía sigue abasteciendo de agua a los madrileños. Toma su nombre de un poblado que existía en la zona, hoy en día desaparecido. Como elementos de interés destacan el muro de la presa, que tiene planta curva, lo que supuso una gran innovación constructiva en su momento, y el aliviadero, en uno de los extremos del muro. Cuando el embalse alcanza su máxima capacidad el agua rebosa por este lugar y cae en una impresionante cascada de unos cincuenta metros de altura. También destacan las vistas de la lámina de agua y la vegetación que la rodea así como de la garganta excavada por el río Lozoya, aguas debajo de la presa.